Femme Fatale 7: Bienvenida Pérez, segunda parte

En el post de hoy seguimos con la segunda parte de la vida de Bienvenida Pérez.

Como os decía Bienvenida se mudó a Dallas, allí pretendía hacerse un nombre entre las personas más influyentes del momento. Para conseguir abrirse un hueco en una sociedad tan cerrada como la que se encontró, utilizó sus influencias con el mundo árabe para, con la excusa de que representaba a un consorcio de millonarios que deseaban invertir millones de dólares en temas inmobiliarios, ser invitada a numerosas fiestas de la alta sociedad.

Y así fue, las personas más poderosas de Dallas contaban con ella para las lujosísimas fiestas privadas que se celebraban en sus impresionantes mansiones.

Conoció a importantes hombres de negocios con los que se relacionó, así como numerosas amistades femeninas, por cierto, esto último es algo que Bienvenida siempre destaca. Es vital conocer a las personas adecuadas, sean hombres o mujeres, ya que nunca se sabe quien te puede presentar a tu futuro marido, un buen contacto, etc...

La desgracia hizo que ese mismo año, por culpa del crack del petróleo, Bienvenida tuviera que volverse precipitadamenta a Londres.

Una vez en su ciudad preferida, no tardó en ponerse al día. En un acontecimiento social conoció al que sería su primer marido, Sir Anthony Buck, ex primer ministro de la Marina, que contaba con 62 años , estaba divorciado y tenía una hija mayor que la propia Bienvenida.

Sir Anthony se sintió atraido de inmediato por Bienvenida, una joven de 31 años, independiente, con una economía más que saneada a pesar de su juventud, alegre, vital, inteligente, muy seductora... y se enamoró de ella de tal forma que en unos meses le pidió matrimonio.

Se comenta que Bienvenida buscó esta relación para sacarle información privilegiada a Sir Anthony, que para poder espiar, necesitaba vivir con él y estar al tanto de sus relaciones con otros importantes políticos.

La boda se celebró como estaba previsto, y tras ella Bienvenida recuerda que la luna de miel, que ella misma pagó fue una pesadilla, con su marido ligoteando con todas las chicas que se encontraba y emborrachándose cada dos por tres. Dice que no sabe como sobrevivió a la luna de miel, que para ella fue una tortura. Desde este momento, ella pasa a mantener económicamente a su marido, paga los gastos del apartamento de su propiedad donde ambos viven, el frenético ritmo de vida de su esposo, etc...

Antes de cumplir un año de casados, Bienvenida planea su separación. Ha iniciado una relación con otro hombre y no le ve sentido a seguir casada sin amor.

Sin embargo su marido la convence para seguir la farsa, debido a que la separación estaba muy mal vista en la alta sociedad británica. Ella accede a seguir con él por un año más, y entre tanto continúa su relación con su amante, un importante cargo militar con el que llegará uno de las escándalos más sonados del momento.

El amante de Bienvenida estaba casado y con hijos, y era ni más ni menos que Sir Peter Harding, jefe del Alto Estado Británico. Un señor del que destacaba lo tacaño que era con ella, su falsa moralidad y las 100 cartas de amor que le envío a lo largo de los años.

El problema llegó cuando su marido Sir Anthony, se enteró de que ella se veía con Sir Peter y para sacar tajada y sintiéndose celoso, la chantajeó con ir a la prensa a contar esa relación, si no le daba una importante suma de dinero.

Bienvenida sopesó qué decisión era mejor y actuó con extremada frialdad...

Habrá que esperar a la tercera parte de Femme Fatale, para saber que hizo Bienvenida, pero os aseguro que fue una jugada maestra.